Dicen que el cuidado de un huerto es la única afición que te da más de lo que te pide


El huerto exige dedicación, cuidado y presencia. Si queremos tener un buen huerto con hortalizas de calidad, hemos de tener en cuenta distintos aspectos.

En primer lugar, es importante que le dé el sol y que disponga de agua. Para que nuestras hortalizas crezcan fuertes y sanas, resulta fundamental que la tierra sea buena y que escojamos un buen substrato. Es imprescindible que aporte los nutrientes necesarios para las distintas plantas de manera equilibrada, continuada y en cantidad suficiente.
Es importante conocer las épocas de siembra, de transplante, la duración del crecimiento, los días de cosecha, etc.

 

PREPARACIÓN DEL SUELO:

La fertilidad del suelo depende de la cantidad de humus que tenga. El humus es la materia de color negro que contiene las sustancias asimilables por las plantas. Gracias a él, la estructura de la tierra mejora y aumenta su capacidad de retención de agua. Si queremos mantener, mejorar o crear el suelo de nuestro huerto, hemos de utilizar un buen substrato orgánico.

En el caso de tener ya un suelo, sólo deberemos aplicar una capa del nuevo substrato por encima del ya existente. Seguidamente mezclarlos utilizando un palón o un motocultor. Así conseguiremos que el suelo no se compacte. Si se trata de un huerto urbano, si es en cajones o jardineras, se tiene que llenar de un substrato bueno que nos aporte los nutrientes y minerales necesarios para que nuestras hortalizas crezcan sanas y fuertes.

 

SEMBRAR Y PLANTAR:

No todas las hortalizas se plantan o siembran de la misma manera:

La siembra:
- Siembra a voleo: se lleva a cabo mediante el gesto típico de la siembra, es decir, esparciendo puñados de semillas por el suelo. Después los enterramos con el rastrillo.
- Siembra en surco o chorrillo: abriendo un surco, esparcimos las semillas, las tapamos y finalmente compactamos un poco el suelo.
- Siembra a golpe: colocamos las semillas en pocitos a intervalos variables según la distancia que pida cada hortaliza.

Plantar:
Se lleva a cabo a partir de semillas de plantas que hemos dejado espigar y germinar. Lo podemos hacer en recipientes ya preparados que encontraremos en establecimientos especializados, o bien en elementos de recuperación (cajas recuperadas, botes…).
La ventaja es que a la hora de transplantarlo se hace con un pan de tierra o terrón, con lo que el choque para la planta es muy inferior a si se hace con la raíz desnuda. También se pueden comprar semilleros ya hechos.

El transplante se realiza colocando los semilleros en el lugar definitivo del huerto, allí donde han de crecer. Para hacerlo utilizaremos el plantador.

 

REGAR:

Los riegos han de ser abundantes y espaciados en el tiempo, más que escuetos y frecuentes, ya que las raíces se desarrollan de esta forma a más profundidad. Es necesario regar de la manera más delicada posible para compactar el suelo lo mínimo.